UNA
LEYENDA RACIAL DEL BOXEO
Se
extinguieron los vientos de Rubin ‘Huracán’ Carter
La historia de este peleador
se escribió con letras de éxito sobre los cuadriláteros, pero también con tinta
de injusticia y racismo en los juzgados, aunque su materia prima principal fue
la pasión de un boxeador.
José
Luis Ayala / Joslar Sport
'Huracán' y la resistencia de un hombre. |
Desde Toronto, Canadá, llegó
a México la noticia de que el Huracán Carter
había dejado de emitir sus vientos este domingo 20 abril. A los 76 años de
edad, el púgil cuya historia de vida dio la vuelta al mundo, falleció a
consecuencia de una larga batalla contra el cáncer de próstata.
Las actuales generaciones
seguramente saben poco de él, pero el nombre y mote de Rubin Huracán Carter comenzó a ser escuchado
en todo el planeta no solo por sus logros sobre el cuadrilátero, en una corta
carrera pugilística de cinco años (1961-1966) dentro del peso medio, sino por
haber sido protagonista de una de las más famosas, crudas y rudas injusticias
de los sistemas penitenciarios y judiciales de Estados Unidos.
Injusticia que tomó
notoriedad mundial tras el estreno en 1975 del tema ‘Hurricane’ del estandarte
de la música norteamericana Bob Dylan, quien desde su trinchera emitió una de
las más duras criticas que el gobierno estadunidense haya recibido en su
historia.
“Here comes the story of the
Hurricane (Aquí viene la historia del Huracán)” es una de las frases que marca
la primera estrofa del tema musical de Dylan.
Más tarde el relato de un
crimen adjudicado a un inocente, con tres cadáveres como aderezo, son el camino
que llevan los trazos del tema musical, que años después, en 1999, sirvió de
inspiración para que el director Norman Jewison llevara el caso al cine. En la
película ‘Huracán’.
Denzel Washington en escena de la película. |
En esta ocasión Denzel
Washington fue el actor que interpretó al peleador, en una cinta que tras su
estreno fue merecedora al Globo de Oro y la candidatura al Oscar para Washington.
Pero cuál es la trama global
de esta historia, por qué de tanto furor por la vida de un boxeador que se
quedó a unos pasos de pelear por un campeonato mundial y que cuenta con todo un
historial de conflictos con la ley.
En 1966 Rubin Huracán Carter se vio envuelto en el capítulo
más trágico de su vida, se situó en el lugar y momentos equivocados, para que
la furia racial de un policía y los falsos testimonios de una mujer y un hombre
sin conciencia lo enviaran a la cárcel por 19 años.
Cuando fue detenido, era uno
de los púgiles más prometedores del mundo del boxeo, con apenas 29 años de edad.
Acusado en Nueva Jersey, su ciudad natal, de haber quitado la vida a tres
hombres dentro de un bar, establecimiento al que este deportista de color negro
jamás ingresó.
En dos ocasiones, 1967 y
9976, junto a su amigo John Artis, el juez lo condenó y declaró culpable del
triple crimen ocurrido en el Lafayette Bar and Grill. Fue así que Crater
ingresó a la penitenciaria, luego de un juicio que contó con un sinfín de
irregularidades y sustento en los bajos criterios del odio racial.
Luego de las protestas
surgidas, que siempre fueron acompañadas con la canción de Dylan, en 1985 el
fiscal rechazó una petición para que Carter fuera juzgado nuevamente y
ratificada una sentencia en su contra de cadena perpetua; por lo que fue dejado
en libertad, aunque marcado ya con el
tatuaje de la injusticia legal.
La historia del Huracán,
cuarto de siete hijos en la familia Carter, siempre fue de desventura ante la
ley. A los 14 años se le acusó de asalto y robo a un hombre, por lo que fue
enviado al reformatorio en Paterson, Nueva Jersey, de donde escapó en 1954 para
luego unirse al ejército.
Durante toda su vida Rubin
señaló que aquel ataque, realizado con una navaja, fue a consecuencia de la
agresión pedófila que este sujeto realizaba contra uno de sus jóvenes amigos.
Ya en el ejército, fue
enviado a Alemania Occidental, pero en 1956, luego de tres años nueve meses, se
le dio de baja, por lo que retornó a su casa en Nueva Jersey. Donde fue
recapturado para cumplir la condena pendiente en el reformatorio. Permaneció nueve
meses en reclusión.
Al salir, influenciado por
la vida afrontad al interior del reformatorio, cometió varios asaltos menores
hasta que un día se le detuvo por robar a una mujer, lo que lo recluyó
nuevamente hasta 1961, año en que comienza su pasión y actividad en el boxeo.
Por el triple homicidio fue
declarado culpable junto a su amigo John Artis, quien este domingo se encargó
de señalar que “Carter murió mientras dormía”.
El calvario del Huracán y las presuntas motivaciones
raciales detrás de este caso también fueron plasmadas en diversos libros y
reportajes de la prensa escrita, la radio y la televisión. El libro más
conocido sobre este caso es Rubin Carter: The 16th Round, escrito por Sam
Chaiton & Terry Swinton.
Desde 1993 y hasta el 2005,
Carter fue director ejecutivo de la AIDWYC (Association in Defence of the
Wrongly Convicted), organismo que apoyaba la defensa de casos legales similares
al sufrido por él.
“Donde la justicia es un
juego / Ahora todos los criminales con sus trajes y corbatas / Están libres
para beber martinis y mirar el amanecer / Mientras Rubin se sienta como Buda en
una celda de diez pies / Un hombre inocente en un infierno viviente / Esa es la
historia de El Huracán / Pero no terminará hasta que limpien su nombre / Y le
devuelvan el tiempo que ha cumplido / Lo pusieron en la celda de una prisión,
pero una vez pudo haber sido / El campeón del mundo”, es la estrofa final del
tema de Dylan, historia que este domingo selló su final.
ÉSTA ES LA CANSIÓN ORIGINAL DE BOB DYLAN
No hay comentarios.:
Publicar un comentario