viernes, 20 de enero de 2017

Donald Trump, el general que sepultó a la USFL

José Luis Ayala / Joslar Sport


En 1982 la NFL comenzó a vivir uno de los conflictos más grandes de su historia, surgió la USFL (Liga de Football de Estados Unidos). Un organismo profesional que por un momento sí logró preocupar a la National Football League, pero que al final terminó por sucumbir gracias a la ambición y malas decisiones impulsadas por empresarios como Donald Trump, hoy presidente de Estados Unidos.

La USFL nació gracias a la planeación y visión de David Dixon, fundador de los Santos de Nueva Orleáns en la NFL, y sucumbió tras las estrategias de confrontación y ambición implementadas por un grupo de dueños de equipo liderado por Trump.

La primera temporada de esta nueva liga se jugó en 1983 y entre los conjuntos participantes se encontraban los Generales de Nueva Jersey, escuadra a la que Donald llegó como socio mayoritario en 1984.

Desde su incorporación al equipo y al circuito, el empresario inmobiliario comenzó a expresar su intención de enfrentarse a lo que llamó "el poderío de la NFL", para en algún momento lograr una fusión de ligas que desde su punto de vista “multiplicaría las ganancias ante la inversión realizada en la creación de la USFL”.

Como parte de la estrategia implementada para buscar vencer a su rival deportivo y empresarial, esta nueva opción que ahora tenían los estadounidenses para contar con football profesional en 12 ciudades, incluidas nueve con presencia de la NFL, demandó al organismo, a los 28 equipos que en aquel momento la conformaban y a su comisionado, Pete Rozelle, bajo el argumento de que ésta aplicaba acciones monopólicas para evitar que los juegos USFL fueran transmitidos por las principales cadenas de televisión en la Unión Americana, ya que tanto ABC, CBS y NBC, consideradas en ese momento como las más poderosas del país, contaban con contratos que ponían candados a la posible difusión de actividades del naciente organismo.

Trump y sus socios buscaban que en la demanda el juez le concediera una indemnización de $567 millones de dólares, que al final del proceso esperaban poder multiplicar cuando menos por tres.

Para 1986 el juez del Distrito Sur de Nueva York decretó que la NFL era culpable de violar dos artículos de una ley anti monopolios, lo que parecía un triunfo para Tromp y sus socios. Sin embargo, lejos de obligar a dicha liga al pago millonario que se había planteado, tan solo la condenó a entregar un dólar por cada año que sus contratos habían afectado a la USFL, que hasta ese momento sumaba tres temporadas; por lo que el "enorme negocio que se buscaba solo redituó en tres dólares de ganancia ", afirmó en su momento el propio dueño de los Generales.

Luego de este golpe Donald buscó de manera incansable concretar una fusión con la liga ya plenamente establecida, un acto similar a lo ocurrido en 1970 con la vieja National Football League y la American Football League (AFL), que dio origen a la actual NFL. Y para ello convenció a la mayoría de dueños de equipo USFL de votar por un cambio en las fechas de inicio y final de su temporada, lo que permitiría realizar su torneo durante el otoño y no en el verano para así poder competir de manera directa con el tradicional circuito en busqueda de la preferencia de los aficionados, ya que ambas ligas jugarían de manera simultáneas. 

Esta maniobra no solo no funcionó, sino que propició inicialmente cambios de sede de algunos equipos, la extinción de otros más y al final, previó al arranque de lo que sería la campaña de 1986, generó un aviso de retraso de un año en el comienzo de la temporada, anuncio que terminó por sepultar a la liga, ya que nunca más se logró dar forma a un torneo y con ello el sueño USFL llegó a su fin.

Así, hoy se puede afirmar que la ambición y las erróneas estrategias del ahora presidente estadounidense terminaron por extinguir a la liga que se “atrevió” a retar y enfrenar al organismo deportivo “más poderoso del mundo”, según lo han calificado diversos especialistas, como la revista Forbes.

Durante uno de sus actos de campaña rumbo a la presidencia de Estados Unidos, realizado en Los Ángeles, el propio Donald Trump reconoció que en su carrera como empresario uno de sus mayores fracasos ha sido su paso por el football profesional.

“Cometí muchos errores y sin duda fui uno de los culpables de la desaparición de USFL, ganamos el juicio pero perdimos la guerra”, fueron las palabras del ahora mandatario.

LOS GENERALES DE DONALD

Los Generales ingresaron al mapa mundial deportivo desde su primer año de vida, tras contratar y arrebatar a la NFL, solo por ese momento, al ganador del Trofeo Heisman 1983, el corredor egresado de Georgia, Herschel Walker.

El dueño fundador de la franquicia fue el magnate petrolero de Oklahoma J. Walter Duncan, quien a pesar de haber arrancado con espectaculares contrataciones, como la Walker. no logró hacer del equipo una marca ganadora. Su primer año culminó con marca de seis juegos ganados y 12 perdidos, lejos de la postemporada.

Es así que para el siguiente año Donald Trump entró en escena, al comprar el 54 por ciento de las acciones del equipo que jugaba en el Giants Stadium de East Rutherford, Nueva Jersey.

Desde la llegada del  nuevo dueño la franquicia buscó sobresalir y competir directamente con la NFL, por lo que intentó contratar al entrenador Don Shula, quien en 1972 llevó a los Delfines de Miami a la obtención del título en una campaña perfecta, es decir sin derrota alguna.

Shula exigió tanto en la parte económica que la contratación no logró ser concretada. A pesar  de ello, Trump no bajó la guardia ni las intensiones de hacer del equipo una "franquicia ganadora" y contrató al pasador Brian Sipe, quien sí elevó el nivel de juego del equipo y lo guió a concretar una temporada de marca ganadora (14-4), aunque en postemporada nuevamente quedaron lejos del juego por el título

Un año después la contratación bomba de los Generales fue el quarterback Doug Flutie, proveniente del Boston College y ganador en 1984 del Heisman, quien sin embargo no pudo lucir como profesional y solo sumó 11 triunfos, por siete derrotas; sin acceso a playoffs.

En busca de mejorar los resultados y finalmente hacer que su equipo alcanzara una final, Trump firmó al pasador Jim Kelly, prometedor novato con el que esperaba hacer valer sus inversiones y por fin lograr un campeonato.

La extinción de la USFL generó que Kelly no pudiera lucir su talento ante la afición de Nueva Jersey, por ello emigró a la NFL, donde jugó cuatro Super Bowl con los Bills de Buffalo, no ganó ninguno. Y de esta manera la aventura de Trump dentro del football profesional llegó a su fin.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario