jueves, 4 de agosto de 2016


Para terner seguridad, no hay dinero que alcance

José Luis Ayala / Joslar Sport


En el ejercicio de realizar un breve resumen de lo ocurrido a lo largo del último día de espera para el inicio de los Juegos Olímpicos, el corte de caja no resulta ser tan favorable para las expectativas de tranquilidad que el Comité Organizador de Río 2016 espera durante los días que durará la justa.

Mientras que el inicio del futbol varonil levantó el ánimo y exaltó la alegría de las naciones participantes en el torneo, el entorno a los Juegos vivió una jornada de inseguridad que augura una total intranquilidad para quienes esperan la fiesta en el país sudamericano.
La jornada del jueves incluyó un intento de asalto, en el que como resultado un diplomático ruso dio muerte a uno de los ampones.

Más que los diarios y medios locales, fueron los internacionales los que dieron cuenta sobre cómo Marcos César Feres Braga, vicecónsul ruso, forcejeó y terminó por dar muerte a uno de los dos hombres que intentaron despojarlo de su auto sobre la propia avenida de las Américas, que se ubica a unos metros del Parque Olímpico en Barra de Tijuca.

Este incidente alarmó en gran medida a los miembros de los equipos de seguridad y en general a la comunidad olímpica, porque ocurrido en una zona con alto índice de vigilancia. Y así la pregunta es ¿qué ocurrirá con turistas, atletas y reporteros al momento de intentar visitar otras zonas?

En el propio corazón olímpico, la Villa que hospeda a los deportistas, se presentó un incidente más que no deja bien parados a los sistemas de seguridad implementados para la justa olímpica.

Mientras se encontraban fuera de sus habitaciones varios miembros de la delegación de Dinamarca sufrieron el robo de celulares, tabletas, computadoras, ropa y hasta alimentos. Esto ha generado que antes de salir de las instalaciones todos los empleados de la Villa deban ser revisados por los guardias de seguridad y, en algunos casos, esto ocurre también con los atletas.

Estos dos ejemplos dejan en claro que cuando la inseguridad es de arraigo en una nación, no hay presupuesto que logre garantizar la seguridad de las personas y los eventos.

Para Río 2016 el Comité Organizador destinó la presencia de 85 mil efectivos de seguridad, divididos en policías uniformados, miembros del ejército y guardias civiles. En la historia de los Juegos Olímpicos esta cifra solo es rebasada por Seúl 88, que empleó a 100 mil guardias; y Beijín, que implementó un despliegue de 110 efectivos de seguridad para cuidar sus Juegos.

El costo en seguridad para Río 2016 supera los 761 millones de euros, lo que tomando en cuenta que habrá en competencia poco más de 10 mil 500 atletas, arroja como estimado la cifra de 72 mil euros para cuidar a cada uno de los deportistas.


Por ahora se puede decir que la delincuencia no se ha ido en blanco durante Río 2016, pero SIMPLEMENTE debemos implorar porque ninguno de ellos logre su medalla anhelada. 


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