Para terner
seguridad, no hay dinero que alcance
José
Luis Ayala / Joslar Sport
En el ejercicio de realizar un breve resumen de lo ocurrido
a lo largo del último día de espera para el inicio de los Juegos Olímpicos, el
corte de caja no resulta ser tan favorable para las expectativas de
tranquilidad que el Comité Organizador de Río 2016 espera durante los días que
durará la justa.
Mientras que el inicio del futbol varonil levantó el ánimo
y exaltó la alegría de las naciones participantes en el torneo, el entorno a
los Juegos vivió una jornada de inseguridad que augura una total intranquilidad
para quienes esperan la fiesta en el país sudamericano.
La jornada del jueves incluyó un intento de asalto, en el
que como resultado un diplomático ruso dio muerte a uno de los ampones.
Más que los diarios y medios locales, fueron los
internacionales los que dieron cuenta sobre cómo Marcos César Feres Braga,
vicecónsul ruso, forcejeó y terminó por dar muerte a uno de los dos hombres que
intentaron despojarlo de su auto sobre la propia avenida de las Américas, que
se ubica a unos metros del Parque Olímpico en Barra de Tijuca.
Este incidente alarmó en gran medida a los miembros de los
equipos de seguridad y en general a la comunidad olímpica, porque ocurrido en
una zona con alto índice de vigilancia. Y así la pregunta es ¿qué ocurrirá con
turistas, atletas y reporteros al momento de intentar visitar otras zonas?
En el propio corazón olímpico, la Villa que hospeda a los
deportistas, se presentó un incidente más que no deja bien parados a los
sistemas de seguridad implementados para la justa olímpica.
Mientras se encontraban fuera de sus habitaciones varios miembros
de la delegación de Dinamarca sufrieron el robo de celulares, tabletas,
computadoras, ropa y hasta alimentos. Esto ha generado que antes de salir de
las instalaciones todos los empleados de la Villa deban ser revisados por los
guardias de seguridad y, en algunos casos, esto ocurre también con los atletas.
Estos dos ejemplos dejan en claro que cuando la inseguridad
es de arraigo en una nación, no hay presupuesto que logre garantizar la
seguridad de las personas y los eventos.
Para Río 2016 el Comité Organizador destinó la presencia de
85 mil efectivos de seguridad, divididos en policías uniformados, miembros del
ejército y guardias civiles. En la historia de los Juegos Olímpicos esta cifra
solo es rebasada por Seúl 88, que empleó a 100 mil guardias; y Beijín, que
implementó un despliegue de 110 efectivos de seguridad para cuidar sus Juegos.
El costo en seguridad para Río 2016 supera los 761 millones
de euros, lo que tomando en cuenta que habrá en competencia poco más de 10 mil
500 atletas, arroja como estimado la cifra de 72 mil euros para cuidar a cada
uno de los deportistas.
Por ahora se puede decir que la delincuencia no se ha ido
en blanco durante Río 2016, pero SIMPLEMENTE
debemos implorar porque ninguno de ellos logre su medalla anhelada.
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